Llamalo como quieras

Esta es una historia real, ocurrió hace más de 30 años y quiero contárselas para que opinen qué creen que significa.
Aquí va el relato

Siempre que podía, iba a ese lugar, no sabía porqué y ni siquiera estaba seguro de cómo llegaba ahí.
Tenía claro que tenía que subir a un colectivo que iba de Flores, donde vivía, hasta Barrancas de Belgrano y después tomar el tren a San Isidro.
Una vez que se bajaba simplemente empezaba a caminar guiado por "no sabía qué" y luego de un rato siempre llegaba al mismo lugar.
Lo llamaba "el mirador" porque estaba en una zona elevada y desde ahí podía ver el río.
Ese sitio lo atraía misteriosamente, lo extasiaba y lo atrapaba por todo el tiempo que se pudiera quedar.
No le contaba nada a su familia porque iba cuando se "rateaba" en la secundaria. Aprovechaba esa tarde que se tomaba porque no había estudiado para una prueba, o no tenía el trabajo práctico, para ir a su "sitio especial".
Su familia en realidad era su papá y un par de tíos, hermanos del padre, que vivían todos en la misma casa.
Era hijo único, no tenía ningún abuelo y su mamá había fallecido en su parto.
Para no sufrir con el recuerdo de la esposa tan amada y fatalmente perdida, los adultos la "borraron" literalmente de sus vidas y de la de su hijo también.
Desaparecieron todas sus fotos, nunca mas se la mencionó y  la "borraron" como si nunca hubiera existido
.
Así que él vivió como si hubiera nacido sólo de su papá, sin ningún dato ni comentario de quien lo dio a luz. Era para él tan natural esta situación que jamás preguntó nada al respecto y así creció sin mamá ni recuerdos porque su familia enterró junto con ella, todo su pasado.

Cuando cumplió 18 años el padre lo sorprendió regalándole su Ford Falcon para que lo usara él.
Sorprendido, feliz y agradecido decidió contarle a su papá "su secreto" y llevarlo a ese lugar mágico que lo había atraído tan misteriosamente los últimos años.
Se subieron al auto y empezaron a andar.
Tuvo que pedirle a su padre que le indicara como llegar hasta San Isidro, ya que en auto no había ido nunca y no tenía ni idea de como manejar hasta allí.. Le pidió que lo guíe hasta la estación de trenes convencido que una vez ahí, su intuición le iba a indicar por donde ir, ya que no sabía exactamente donde quedaba su lugar.
Una vez que llegaron a la estación, parecía que el auto iba solo. Varias cuadras a la derecha, girar otras tantas, y así fue andando hasta que se fue acercando.
Cuando estaban a unas tres cuadras de distancia, su papá le agarró el brazo y lo apretó mientras le preguntaba con dificultad, hacia dónde estaban yendo.Sorprendido le comentó que faltaba poco y que ya estaban llegando a ese lugar que a él le gustaba tanto.
De repente "el mirador" apareció ante ellos y en el mismo instante en que su padre lo vió, se puso pálido y casi en un susurro, porque la emoción le apretaba la garganta, le preguntó cómo había conocido ese sitio.

Su hijo le explicó entonces que siempre iba aunque no sabía cómo ni porqué, que llegaba como guiado por algo y sentía un enorme placer cada vez que se sentaba en ese lugar, donde se podía quedar por horas.

Pero mientras lo contaba, estaba sorprendido con la reacción de su padre y quiso saber qué le pasaba, porqué estaba así?..
Con lágrimas en los ojos y aturdido completamente, su papá le contó que ese "mágico sitio" había sido el preferido de su mamá. por años.
Que cada vez que podían le pedía que la llevara,  se quedaba sentada admirando el paisaje extasiada y que podía estar así por horas.
No podía creer que su hijo, que jamás había oído una palabra sobre la vida de su madre, hubiera ido a parar a ese sitio que había sido tan especial para su querida esposa.

Los dos se abrazaron sin palabras, aunados por la emoción, sintiendo que no eran sólo ellos los que se unían en ese instante, si no que había un par de brazos más en aquel lugar que los estaba rodeando a ambos....


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