sábado, 19 de junio de 2010

NO TE HAGAS LA ECOLÓGICA!

La Comisión de Padres del colegio al cual asistía mi hija no tenía poderes para criticar o cuestionar las decisiones de los directivos, ya que era un instituto privado.
Sólo podíamos dedicarnos a realizar actividades benéficas, entretenimientos para los chicos o alguna feria para compra - venta de uniformes y libros usados.
Aunque los alumnos eran unos cuatrocientos, éramos entre seis y siete mujeres las que formábamos la comisión (que se llamaba "de padres" aún cuando no había ningún hombre en ella). Y aunque cada año convocábamos a que se nos uniera más gente, los que se acercaban no duraban más de un par de meses.
Teníamos el afán de hacer algo importante, algo que pudiera ser reconocido por los demás, que sintieran la importancia de nuestra existencia en el accionar del colegio.
Fue por eso que se nos ocurrió, no sé quién tuvo la brillante idea, de ocuparnos de salvar el planeta.
Y nuestra humilde colaboración en tamaña tarea,  consistió en invitar a los chicos a traernos las pilas y baterías que ya no usaran para reciclarlas y evitar que todo ese material tóxico contaminara nuestro entorno.

Hicimos campañas de concientización con lindos dibujitos, para que entendieran hasta los más chiquitos, acerca de la enorme importancia que tenía NO TIRAR LAS PILAS A LA BASURA!
Pedimos permiso en la dirección, pusimos notas en los cuadernos y conseguimos que se colocaran en el parque dos enormes contenedores, a efectos de que los escolares depositaran sus deshechos allí.
Veíamos felices como poco a poco la "pila de pilas" iba creciendo, día a día. Cada vez más chicos entendían la necesidad de no contaminar el medio ambiente y creo que algunos hasta fueron a comprar baterías para poder depositarlas en el contenedor.
Estábamos más que satisfechas con el éxito obtenido y todo hubiera sido perfecto de no haber sido por el comentario que nos llegó de "alguien" que dijo que esa "montaña" representaba un peligro inminente para los chicos ya que iba a comenzar a sulfatarse y a emanar toxinas que contaminarían irremediablemente los alrededores.
Nada más lejos de nuestra intención! por lo cual decidimos contactarnos de inmediato con la/s empresa/s encargadas de la recuperación y reciclado de dicho material.

Recién ahí nos dimos cuenta que no sabíamos quién se ocupaba del tema y entramos en Internet para averiguar de inmediato a quien debíamos dirigirnos.
Pero rápidamente también descubrimos con horror que NADIE se ocupaba de esto, que no había en el país una entidad ni particular ni oficial, que lo hiciera.
Indudablemente lo que teníamos en el colegio de nuestros chicos era una bomba de tiempo y había que desactivarla cuanto antes!
No podíamos creer lo que habíamos causado, con la mejor intención pero sin solución, empezamos a hacer llamadas de todo tipo hasta que alguien piadoso del CEAMSE nos explicó que el proceso debía realizarse colocando muchas pilas a bastante profundidad y cubrirlas con varias capas de ladrillo y repetir este procedimiento varias veces acompañado de otra serie de cuidados, porque era MUY contaminante Que anteriormente eso se realizaba en el cinturón ecológico pero que era tan riesgoso y complicado que hace años en la Argentina habían dejado de hacerlo.
 Le explicamos lo que nos ocurría y le pedimos desesperadamente que nos aporte algún tipo de solución, fuera lo que fuera,  a lo cual nos respondió que el único remedio posible era "volver a separar las pilas" y tirarlas de a poquitas cantidades en las bolsas de basura!
Imaginen nuestro asombro, incrédulas nos dimos cuenta que hicimos lo peor que podíamos hacer hecho: juntar lo que nunca debimos haber juntado!
Qué teníamos que hacer ahora? dibujitos explicándoles a los chicos que era bueno que cada vez que se iban del colegio, cada uno se llevara una pilita para tirarla en su tachito??!!!

Y ahí se nos ocurrió recurrir a nuestro siempre salvador "Carlitos" especie de encargado, sereno, el que le da plata  a los chicos cuando nos olvidamos de hacerlo, el que abre el colegio el domingo para que nuestro adorado hijito retire el trabajo que se dejó ahí y que justo tiene que presentar el lunes, en fin el que todo lo puede.
Le encomendamos la desquiciada tarea de "juntar unas cuantas pilas" e ir arrojándolas en las bolsas de residuos que se sacaban diariamente. Este proceso pareció interminable y recién al cabo de un par de semanas, el asesino silencioso desapareció de nuestra vista.
Por supuesto nunca confesamos la verdad, nuestro secreto quedó entre nosotras y Carlitos, obviamente.

Para los demás integrantes del colegio el procedimiento fue un éxito, pero a las mamás de "Comisión de Padres" nos quedó muy claro nunca más hacernos las ecológicas!!!